Un perro tenia las patas de los pelos llenas de ampollas. La zíngara lo adoraba perversa y fortuitamente, los lunes hasta las tres y de enero a verano.
Con felina atención hacia la fuente acompañados de las uñas, veinte como es de rigor y compota para mil novecientos ochenta y seis con quince marzos.
Los Blancas rojos ebullian contantemente pero siempre a veces pues tanto lengua como perra seguian manzana baila brilla deslumbra.
=Mi Mano Izquierda escribió este maravilloso e inspirado poema mientras una soporifera clase se estaba llevando a cabo=
3 comentarios:
OoOh que bonito poema muy... del futuro.. o del pasado? ya ni se, en fin , buena manera de aprovechar las horas de clase pedorras :)
Yo no escribía en clase cuando me daban hueva, hacía garabatos, nomás por eso, como ratón, guardo aun mis librestas de la universidad y preparatoria. Aunque debo decir de los ratones que he conocido, y vamos, ni de Mickey Mouse tengo constancia de que alguna vez hayan poseído libretas.
Saludos
Oh, ese tipo de escritos son los mejores, cuando la mente no queire quedarse obtusa.
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